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Seguro de mascotas en Chile: salvaguardando a tus amigas peludas

La población mundial de animales de compañía ha ido aumentando, así como el número de perros y gatos considerados miembros de la familia. Sin embargo, no está claro si esta estrecha relación podría estar asociada con una mayor atención preventiva en los animales de compañía. Utilizando datos de 7.048 cuestionarios de perros y 3.271 de gatos del Primer Estudio Nacional sobre Tenencia Responsable de Animales de Compañía, estimamos la proporción de atención preventiva en salud en animales de compañía de Chile. También llevamos a cabo un modelo de regresión lineal general de efectos mixtos para identificar factores socioeconómicos e indicadores del vínculo emocional entre los propietarios y los animales de compañía que podrían influir en las prácticas de los propietarios relacionadas con la vacunación, el control de parásitos y las visitas al veterinario. Según las respuestas del propietario, Chile tiene tasas generales satisfactorias de control de parásitos (71%) y visitas veterinarias anuales (65%), pero una baja cobertura de vacunación tanto de perros (39%) como de gatos (25%). “Pura raza”, “viven en áreas urbanas”, “adquiridos mediante compensación monetaria” y “especies de perros” se asociaron con una mayor probabilidad de recibir atención médica preventiva en los animales de compañía. Por el contrario, esta probabilidad fue menor entre los animales mayores en comparación con los adultos, los machos y los propiedad de la Generación Silenciosa o los Baby Boomers (es decir, propietarios nacidos antes de 1964). “Dormir adentro”, “adquirido por una razón emocional” (por ejemplo, compañía) y “considerado un miembro de la familia” se asociaron positivamente con al menos una de las medidas preventivas evaluadas. Nuestros hallazgos sugieren que los vínculos emocionales entre el dueño y el animal de compañía podrían impactar positivamente la frecuencia y la calidad de la atención médica preventiva en perros y gatos. Sin embargo, los propietarios que estaban totalmente en desacuerdo con que un animal de compañía fuera un “miembro de la familia” también se asociaron con una mayor probabilidad de vacunación y visitas al veterinario para sus animales. Esto pone de relieve que el cumplimiento por parte del propietario de la atención sanitaria preventiva veterinaria es multifactorial. Chile tiene una alta prevalencia de enfermedades infecciosas que circulan entre perros y gatos y contactos cada vez más estrechos entre dueños y animales de compañía debido a vínculos afectivos. Por lo tanto, nuestro estudio exige enfoques de One Health para reducir los riesgos de transmisión de enfermedades entre especies. Específicamente, aumentar la cobertura de vacunación de los animales de compañía en Chile es la medida preventiva más urgente y necesaria, especialmente entre gatos, machos y animales de mayor edad. Ampliar la atención sanitaria preventiva entre perros y gatos promoverá la salud pública y animal, incluida la vida silvestre local que es susceptible a las enfermedades infecciosas que circulan entre los animales de compañía.

Introducción
Mantener animales de compañía sanos es esencial para promover la salud tanto animal como humana (López et al., 2009, Overgaauw et al., 2020). La atención sanitaria preventiva en animales de compañía puede aumentar el bienestar animal y reducir la carga sanitaria animal. También podría limitar la circulación de enfermedades zoonóticas transmitidas por el contacto estrecho entre animales domésticos y humanos (Alho et al., 2018, Benavides et al., 2020). Por ejemplo, la vacunación de animales de compañía puede prevenir casos mortales de rabia tanto en animales domésticos como en humanos (Astorga et al., 2015, Benavides et al., 2020, Costa et al., 2018). Además, la vacunación es fundamental para reducir la morbilidad y mortalidad de enfermedades infecciosas, como el moquillo en perros o las enfermedades del tracto respiratorio en gatos (Cohn, 2011, Day et al., 2020). Se han asociado múltiples factores con una atención veterinaria inadecuada para perros y gatos. Por ejemplo, bajos niveles educativos, recursos económicos reducidos, vivir en zonas desfavorecidas y acceso limitado a servicios veterinarios (Brady et al., 2012, Flores-Ibarra y Estrella-Valenzuela, 2004, Rigas et al., 2022, Sánchez-Vizcaíno et al., 2017, Savadogo et al., 2021). Sin embargo, a pesar de su importancia para la salud animal y humana, los factores socioeconómicos que influyen en la atención sanitaria preventiva veterinaria no han sido ampliamente explorados en América Latina. Por ejemplo, se espera que personas del mismo grupo de edad tengan creencias, actitudes y prácticas similares (Twenge et al., 2012). Sin embargo, se desconoce si la edad de los propietarios podría estar asociada con el estado de salud de los animales de compañía de Chile. También existe una comprensión limitada sobre el impacto de las conexiones personales entre los propietarios y sus animales (definidas aquí como “vínculo emocional propietario-animal de compañía”) en la atención médica preventiva en animales de compañía (Gates et al., 2019, Lue et al., 2008, Meyer y Forkman, 2014, Packer et al., 2019, Ramón et al., 2010, Slater et al., 2008). Comprender la motivación de los propietarios para adoptar cuidados preventivos para los animales de compañía es necesario para diseñar estrategias efectivas que puedan mejorar el bienestar de los animales y limitar la propagación de enfermedades infecciosas.

La vacunación, el control de parásitos y las visitas veterinarias anuales son las principales medidas para mantener la salud de los animales de compañía (American Animal Hospital Association, 2011). Las vacunas apropiadas incluyen vacunas básicas contra las enfermedades infecciosas más comunes en perros (es decir, moquillo, adenovirus, parvovirus y leptospirosis en lugares de alto riesgo) y gatos (es decir, panleucopenia, herpesvirus y calicivirus) administradas cada 1 a 3 años (Day et al. al., 2020, Day et al., 2016) y vacunación antirrábica en países endémicos (Benavides et al., 2020, Day et al., 2020). Asimismo, también se recomienda la administración regular de productos tópicos u orales para reducir o eliminar endoparásitos (p. ej., Ancylostoma caninum, Cryptosporidium spp., Giardia spp.) y ectoparásitos (p. ej., garrapatas y moscas) para mantener la buena salud de los animales de compañía (Stull et al., 2016). Finalmente, las evaluaciones médicas veterinarias anuales son esenciales para monitorear la salud de los animales de compañía, reducir el riesgo de problemas de salud futuros y realizar la vacunación (American Animal Hospital Association, 2011). La ausencia de estas medidas se ha asociado con una mayor incidencia de enfermedades infecciosas en poblaciones de perros y gatos (Alves et al., 2018, Dias Costa et al., 2017, DiGangi et al., 2019, Gettings et al., 2020, Harvey et al., 2020, Salgado-Caxito et al., 2021b, Tion et al., 2019). Por el contrario, las campañas masivas de vacunación antirrábica han permitido el control e incluso la erradicación de la rabia canina tanto en perros como en humanos en la mayoría de los países de América Latina (Velasco-Villa et al., 2017, Vigilato et al., 2013). A pesar de entenderse como un imperativo para el bienestar animal y defenderse como parte de los derechos de los animales (McCausland, 2014, Rollin, 2011, Ryan et al., 2019), muchas medidas preventivas de salud para los animales de compañía no son obligatorias. Pocas excepciones incluyen la vacunación obligatoria en algunos países contra enfermedades zoonóticas como la rabia (Day et al., 2020, Ministerio de Salud de Chile, 2003, Yamada et al., 2019), aunque el cumplimiento por parte de los propietarios suele ser difícil de regular. De hecho, aún no se logra una cobertura de vacunación específica para controlar la rabia en muchos países de ingresos bajos y medianos que promueven la vacunación obligatoria contra la rabia canina (Astorga et al., 2015, Savadogo et al., 2021, Suzuki et al., 2008).

Seguridad, Gobierno de Chile (denominado aquí ‘programa SUBDERE’) fue lanzado como parte de las políticas públicas para atender los conflictos de convivencia humano-animal y sus consecuencias. Este programa financia principalmente proyectos distritales de servicios veterinarios (p. ej., esterilizaciones quirúrgicas), identificación con microchips, registro, vacunación, control de parásitos, campañas educativas y otras acciones (Garde et al., 2022, Ministerio de Hacienda de Chile, 2021, Ministerio de Desarrollo Social y Familia de Chile). Además, en 2017 la SUBDERE, el Ministerio de Salud, los distritos y otras entidades estatales implementaron una legislación sobre tenencia de animales de compañía, aunque la vacunación contra la rabia es la única medida preventiva de salud entre las normas obligatorias. A pesar de la implementación del programa y la legislación, la frecuencia de la atención médica preventiva entre los animales de compañía en Chile sigue siendo en gran medida desconocida. Sin embargo, una baja respuesta a reglas obligatorias como la identificación y registro de los animales con propiedad (~2 millones de animales de compañía registrados en 2022) (datos no publicados del programa SUBDERE) sugiere prácticas limitadas de propiedad responsable, incluida la atención médica preventiva. En 2021, el programa SUBDERE lideró el Primer Estudio Nacional sobre Tenencia Responsable de Animales de Compañía para estimar y caracterizar la población de animales de compañía en Chile. Aquí, utilizamos un subconjunto de los cuestionarios administrados en el estudio del programa SUBDERE para (i) estimar la proporción de perros y gatos que reciben atención médica preventiva en Chile (es decir, vacunas, control de parásitos y visita a un veterinario) y para (ii) identificar los factores socioeconómicos e indicadores del vínculo emocional propietario-animal de compañía que podrían asociarse a estas medidas sanitarias preventivas.

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