VALENCIA (Reuters) – En 2008, la microbióloga española Pilar Bosch estaba buscando un tema para su doctorado cuando encontró un artículo que sugería que las bacterias, su especialidad, podían ser utilizadas en la restauración de arte, el campo de su madre.
En ese mismo momento, su madre, Pilar Roig, estaba luchando por restaurar las pinturas del siglo XVIII de Antonio Palomino en una de las iglesias más antiguas de Valencia, la tercera ciudad más grande de España.
Roig tenía dificultades especialmente para eliminar el pegamento que se había utilizado en los años 60 para separar los frescos de las paredes de la iglesia de Santos Juanes durante un proceso de restauración.
“Mi madre tenía un problema muy difícil de resolver y encontré un artículo sobre el uso de bacterias para limpiar frescos en Italia”, comentó Bosch, de 42 años.
Realizó su doctorado sobre este proyecto. Más de una década después, madre e hija han unido fuerzas en un proyecto de 4 millones de euros, financiado por fundaciones locales, para usar algunas de esas técnicas en la restauración de las obras de arte de Valencia.
La microbióloga entrena a las bacterias alimentándolas con muestras del pegamento, que fue hecho de colágeno animal. Las bacterias, de manera natural, producen enzimas que degradan el pegamento.
Luego, el equipo familiar mezcla las bacterias con un gel natural a base de algas y lo aplican en las pinturas, las cuales fueron retiradas de las paredes en los años 60 y posteriormente clavadas nuevamente, pero aún cubiertas de pegamento.
Después de tres horas, retiran el gel, revelando las pinturas sin pegamento.
“Antes, trabajábamos de forma manual, usando agua caliente y esponjas durante horas, lo que dañaba las pinturas”, explicó Roig, ahora de 75 años, cuya familia ha trabajado en la conservación de arte por generaciones.
Su hija, la microbióloga, ahora se ha sumado al trabajo. “Definitivamente, es algo que corre en la familia”, añadió Bosch, mientras ambas supervisaban la restauración con sus batas de laboratorio.
Bosch ha aplicado su técnica de bacterias en proyectos de restauración en Pisa y Monte Cassino en Italia, así como en Santiago de Compostela, al norte de España. Actualmente, está entrenando a otro tipo de bacterias para limpiar paredes con grafitis pintados con aerosol.