Fabio Ochoa, quien fuera un importante operador en el cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar, fue deportado a Colombia tras cumplir 25 años de una condena de 30 años en Estados Unidos. Al llegar a Bogotá, fue liberado de inmediato, ya que las autoridades colombianas confirmaron que no enfrenta cargos pendientes.

Uno de los legendarios capos del narcotráfico en Colombia y figura clave del cartel de Medellín ha regresado al país sudamericano después de cumplir una extensa condena en una prisión estadounidense.

Poco tiempo después de aterrizar, Fabio Ochoa volvió a ser un hombre libre.

Llegada a Bogotá y liberación inmediata

Ochoa llegó el lunes al aeropuerto El Dorado de Bogotá en un vuelo de deportación, vestido con una sudadera gris y llevando sus pertenencias personales en una bolsa de plástico. Al descender del avión, fue recibido por funcionarios de migración que vestían chalecos antibalas. No había presencia policial para detenerlo.

La agencia nacional de migración de Colombia publicó un breve comunicado en la plataforma X, confirmando que Ochoa fue “liberado para reunirse con su familia” después de que los funcionarios tomaran sus huellas dactilares y verificaran en su base de datos que no tenía requerimientos legales pendientes en el país.

Un pasado marcado por el narcotráfico y la riqueza

Fabio Ochoa, de 67 años, junto con sus hermanos mayores, amasó una enorme fortuna durante el auge del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos a finales de los años 70 y principios de los 80. Según las autoridades estadounidenses, su riqueza fue tan grande que, en 1987, aparecieron en la lista de multimillonarios de la revista Forbes.

Mientras vivía en Miami, Ochoa operaba un centro de distribución para el cartel de Medellín, que en ese momento era dirigido por Pablo Escobar. Escobar, conocido como uno de los narcotraficantes más infames de la historia, murió en un enfrentamiento con las autoridades en Medellín en 1993.

Reflexión tras su liberación

La liberación de Fabio Ochoa marca un controvertido capítulo en la historia del narcotráfico en Colombia. Aunque ha cumplido su tiempo en prisión en Estados Unidos, su retorno a Colombia no ha estado exento de polémica, ya que representa el legado de una era que dejó profundas cicatrices en el país.

Ochoa ahora tendrá la oportunidad de reintegrarse con su familia, pero su historia seguirá siendo un recordatorio del impacto global del cartel de Medellín y su rol en el auge del narcotráfico.