El partido de cuartos de final del College Football Playoff en el Allstate Sugar Bowl, entre Georgia y Notre Dame, no se llevará a cabo el miércoles debido a un ataque mortal con camioneta en Nueva Orleans que dejó 15 muertos y decenas de heridos.
El juego, que originalmente iba a jugarse a las 7:45 p.m. hora central en el Caesars Superdome, con capacidad para 70,000 personas, ha sido pospuesto para las 3 p.m. del jueves. El ganador avanzará al Orange Bowl el 9 de enero contra Penn State.
Seguridad pública como prioridad
“Lo más importante es la seguridad pública”, comentó Jeff Hundley, director ejecutivo del Sugar Bowl, en una conferencia de prensa junto a funcionarios federales, estatales y locales, incluyendo al gobernador de Luisiana, Jeff Landry, y la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell. “Todos estamos de acuerdo en que lo mejor para todos es posponer el juego para asegurar la seguridad pública.”
Hundley agregó más tarde que ya están trabajando para hacer del Sugar Bowl un evento de clase mundial, divertido y seguro, como lo ha sido durante más de 90 años.
“Estamos agradecidos por el liderazgo del Sugar Bowl, de Nueva Orleans, el estado de Luisiana y las autoridades federales mientras trabajamos juntos para garantizar que todos estén seguros”, comentó.
El gobernador Landry aseguró que asistirá al Sugar Bowl y confía en que el área alrededor del estadio será segura.
Detalles del ataque
El ataque, que también dejó más de 30 personas heridas, ocurrió alrededor de las 3:15 a.m. del miércoles en el animado French Quarter de Nueva Orleans, conocido mundialmente como uno de los destinos más grandes para las fiestas de Año Nuevo. El conductor del vehículo fue abatido por la policía tras un tiroteo, según el FBI, que indicó que la investigación se está realizando en conjunto con otras autoridades para determinar si el ataque fue un acto de terrorismo.
El vehículo atropelló a una multitud en Bourbon Street. Después de detenerse, el conductor, identificado como Shamsud-Din Jabbar, un ciudadano estadounidense y veterano del ejército de Texas, salió de la camioneta y abrió fuego contra los oficiales que respondieron. Los policías respondieron al tiroteo, hiriendo y matando a Jabbar.
Entre las víctimas fatales se encontraba Tiger Bech, un exjugador de fútbol de Princeton. Su hermano, Jack Bech, exreceptor de TCU, dedicó un mensaje en redes sociales a su hermano mayor, expresando: “Me inspiraste todos los días, ahora estarás conmigo en cada momento”.
Impacto en los jugadores y aficionados
Al menos un estudiante de Georgia resultó gravemente herido y se encuentra recibiendo atención médica. Ambas universidades confirmaron que todos los miembros de sus equipos y personal de viaje están a salvo. Los jugadores de Georgia pasaron la mayor parte del día en su hotel, celebrando reuniones, mientras que los jugadores de Notre Dame se reunieron con sus familias en otro hotel cercano.
Notre Dame ofreció a sus miembros de la banda la opción de volar a casa el jueves en lugar de asistir al partido, y algunos decidieron hacerlo.
Declaraciones de autoridades
Greg Sankey, comisionado de la SEC, expresó en un comunicado que la decisión de posponer el Sugar Bowl fue tomada en interés de la seguridad pública: “Se perdieron vidas trágicamente anoche, y estamos agradecidos de que las autoridades continúan trabajando con gran diligencia para garantizar la seguridad de la comunidad de Nueva Orleans.”
La policía informó que Jabbar condujo sobre una acera, evadiendo un coche de policía colocado para bloquear el tráfico y proteger a los asistentes de Bourbon Street. Un sistema de barreras, diseñado para prevenir ataques con vehículos, estaba en reparaciones en preparación para el Super Bowl, programado para celebrarse en la ciudad en febrero.
Investigación en curso
El FBI está investigando las posibles conexiones de Jabbar con organizaciones terroristas, ya que se encontró una bandera del grupo Estado Islámico en su vehículo. La agencia también mencionó que no creen que Jabbar haya sido “el único responsable” del ataque. De hecho, imágenes de vigilancia muestran a varias personas colocando dispositivos explosivos en el área de French Quarter.
La policía de Atlanta también ha aumentado la seguridad alrededor del Mercedes-Benz Stadium en preparación para el Peach Bowl, que se jugó según lo planeado.
Repercusiones para los aficionados
La decisión de posponer el partido afectó a muchos aficionados que ya no podrán asistir al evento. Los precios de las entradas en línea cayeron significativamente, incluso por debajo de los $25, ya que los fanáticos intentaron vender sus boletos después de no poder conseguir nuevos vuelos.
“Es imposible conseguir nuevos vuelos”, comentó Lisa Borrelli, una residente de Filadelfia, quien llegó a Nueva Orleans con su prometido, un graduado de Notre Dame.