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Las unidades de estadística esperan un gran cambio mientras Trump asegura que “no habrá violencia” si pierde, pero el centro de Washington se blinda

Donald Trump ha asegurado al votar en Florida que “no habrá violencia” si pierde. Sin embargo, en el centro de Washington, en el vecindario que alberga la Casa Blanca y el Capitolio, bares y tiendas han sido blindados con placas de seguridad ante posibles incidentes. A la salida de la Escuela Primaria Powell, uno de los 75 puntos de votación habilitados en la capital, Yasmine Radhi expresa su preocupación por lo que pueda suceder en los próximos días. “Es muy fácil que una pequeña pelea pueda salirse de control, y la policía no siempre puede evitarlo,” lamenta. Radhi ha votado por Kamala Harris en una elección muy incierta en la que se predice un largo recuento.

Los estadounidenses enfrentan las próximas horas con nerviosismo, no solo porque las últimas encuestas muestran una competencia cerrada entre demócratas y republicanos, sino también por el temor a posibles actos de violencia. Trump asegura que no habrá disturbios después de las elecciones. “Creo que obtendremos una gran victoria,” dijo al finalizar su campaña. Sin embargo, algunos comentarios han generado temor en los demócratas, quienes piensan que Trump podría proclamarse ganador antes de que concluya el recuento de votos. Harris, quien votó anticipadamente, declaró este martes en una entrevista de radio que ve las elecciones como “un punto de inflexión” entre “dos visiones muy diferentes del futuro” del país.

El equipo de campaña demócrata “espera claramente” que Trump intente proclamarse ganador antes de contar todos los votos y ha asegurado que cuentan con defensores legales en todo el país para combatir posibles maniobras legales del partido republicano. Su equipo legal es casi 10 veces mayor que el de cualquier otra elección, lo que sugiere que los republicanos también intentarán desafiar el recuento de votos. Esto podría retrasar aún más el periodo de espera para saber quién de los dos candidatos ocupará la Oficina Oval. En las últimas elecciones, el resultado se decidió por diferencias de 78,000 y 44,000 votos, y todo indica que el escenario podría repetirse.

Más de la mitad de los votantes registrados, unos 82 millones de personas, ya han emitido su voto de forma anticipada. Solo los votos de un grupo de estados serán los que decidirán quién llegará a la Oficina Oval: Arizona, Georgia, Carolina del Norte, Wisconsin, Michigan, Pensilvania y Nevada. Aunque se espera que Michigan y Carolina del Norte tengan resultados más rápidos, Pensilvania, el estado más decisivo, no terminará de contar hasta después de la jornada electoral. Durante la víspera de las elecciones, tanto Harris como Trump han visitado este estado que otorga 19 votos de los 270 necesarios para ganar. Pensilvania y Nevada son dos territorios en los que las encuestas proyectan un empate técnico entre Harris y Trump.

Harris, quien cerrará su campaña en Filadelfia (Pensilvania), ha insistido en la falta de unidad instigada por Trump, quien habla de la existencia de un “enemigo interno” y ha promovido teorías de conspiración sobre un posible fraude. “Parece que Harris no cree que toda esta polarización se termine pronto. El daño que Trump ha causado al sembrar desconfianza en la democracia tomará generaciones en repararse,” lamenta Radhi. Ella y su esposo planean unirse al evento que los demócratas han organizado para seguir el recuento de votos, pero dejarán a sus hijos en casa por precaución ante posibles incidentes en las calles de la ciudad.

Ante incidentes desagradables en algunos centros de votación, las autoridades han decidido intervenir en varias partes del país. En Washington, la Policía del Capitolio ha identificado en el Centro de Visitantes a un hombre que portaba gasolina y una pistola de bengalas. En Michigan, un hombre de 25 años ha sido arrestado por amenazar con cometer un ataque violento si Trump gana las elecciones. En el estado de Georgia, dos centros de votación han sido evacuados debido a amenazas de bomba. El FBI ha asegurado que las amenazas provinieron de dominios de correo electrónico con sede en Rusia.

La violencia interna no es la única amenaza en estas elecciones. La inteligencia estadounidense también espera que Moscú intente influir en los comicios presidenciales, sobre todo después de las sospechas de intervención en las elecciones de 2016 que llevaron a Trump a la Casa Blanca. La votación de los estadounidenses no solo afectará al país, sino también al resto del mundo. Todos están a la expectativa del resultado final: si será la primera presidenta negra de los Estados Unidos o el primer expresidente convicto en asumir el liderazgo de una de las principales potencias mundiales.

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